Este logro tiene sus raíces en el Programa Nacional de Construcción de Bibliotecas Públicas, presentado el 21 de mayo de 2006 durante la administración de la presidenta Michelle Bachelet. La iniciativa nació con la misión fundamental de establecer un acceso equitativo al mundo de los libros, al mismo tiempo que fomentaba la lectura y el enriquecimiento cultural en su sentido más amplio.

Situada en un edificio de 1100 metros cuadrados, la biblioteca alberga diversas colecciones que atienden a diferentes segmentos de la población. Desde los más jóvenes hasta los adultos, todos encuentran un espacio donde la literatura infantil, juvenil y general, junto con obras de referencia, cómics y fanzines, se unen para alimentar la curiosidad intelectual.

Esta institución va más allá de ser un simple depósito de libros. Su labor abraza a toda la comunidad y no se limita a fomentar la lectura. Talleres de alta calidad abren las puertas a la cultura y las artes, honrando los intereses de los usuarios y la colectividad. La biblioteca se convierte en un punto de encuentro donde las mentes inquietas pueden crecer, aprender y compartir.

La arquitectura de la biblioteca es tan llamativa como su propósito. Consciente de su ubicación en una esquina y aprovechando su orientación hacia el frondoso jardín de la Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, el diseño se transforma en una “promenade architecturale”. Este recorrido ascendente, que comienza desde la Avenida Independencia, se convierte en una narrativa arquitectónica que revela de manera intuitiva las diferentes facetas y servicios que la biblioteca alberga. Es una invitación visual a explorar y descubrir.

La denominación “Hospitales” cobra sentido por la proximidad de tres centros hospitalarios: el Hospital Clínico de la Universidad de Chile (antiguamente conocido como Hospital José Joaquín Aguirre), el Hospital San José y el Hospital Roberto del Río, así como el Instituto Nacional del Cáncer. Además, el Campus Doctora Eloísa Díaz (ex Campus Norte) de la Universidad de Chile se emplaza adyacente a esta estación. El pictograma que identifica la estación representa las fachadas del Hospital San José, el Hospital José Joaquín Aguirre y el Instituto Nacional del Cáncer. El nombre originalmente concebido para la estación era “Hospital J.J. Aguirre”, pero fue posteriormente modificado a su denominación actual.

El Metro de Santiago desempeña un papel crucial en la infraestructura urbana y en la movilidad de la ciudad. La extensión de líneas y la ubicación estratégica de estaciones como Hospitales en la Línea 3 son ejemplos tangibles de cómo este sistema puede no solo fomentar la conectividad, sino también mejorar la calidad de vida de los habitantes santiaguinos. Al converger el transporte público con los centros de atención médica, el metro se consolida como un facilitador esencial en la vida diaria de la comunidad, una instancia donde la movilidad y la salud se fusionan en beneficio de todos.